(Recopilación realizada por el Dr. Horacio Julio Rodríguez y sr. Ricardo Jaime Schust, amigos personales del Profesor José Miguel Irigoyen (q.e.p.d.)
Nació en Curuzú Cuatiá el 7.4.1912 . Fallece en Corrientes el 31.7.1995.
Casado con María del Carmen Martín (fallecida). Hijos José y Jorge (fallecidos) y Felicitas (abogada) que reside en Santo Tomé (Ctes.)
Títulos oficiales:
Profesor Universitario de Biología.
Licenciado en Botánica.
Ambos títulos obtenidos en la Universidad Nacional del Nordeste
Estudios particulares:
Lingüista en idiomas castellano y guaraní.
Actuación docente:
Docente en las Cátedras de Fisiología Vegetal, en la Facultad de Ciencias Agrarias (Universidad Nacional del Nordeste).
Docente de Genética en la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agrimensura. Universidad Nacional del Nordeste)
Docente de Guaraní en la Facultad de Medicina (Universidad Nacional del Nordeste.
Actuación en funciones directivas universitarias:
A la creación en Curuzú Cuatiá, del Instituto de Administración de Empresas Agropecuarias, dependiente de la Universidad Nacional del Nordeste, que se registra en abril de 1985 y a propuesta de la Comisión Promotora de la creación de Instituto el señor Rector Normalizador de la Universidad Nacional del Nordeste Prof. Dr. (Médico) Don Armando Carmelo Romero, nombra en ese cargo al Profesor José Miguel Irigoyen.
El Profesor Irigoyen desempeña esas funciones hasta marzo de 1992, cuando el Rectorado de la Universidad Nacional del Nordeste, lo convoca para que desempeñe en Corrientes el cargo de Supervisor Administrativo de los cuatro Institutos universitarios que tenían sede en Corrientes, Paso de los Libres, Goya y Curuzú Cuatiá. Ejerce estas funciones hasta 1994, en que presenta su renuncia al mismo atento a las disposiciones del Estatuto de funcionamiento de la Universidad Nacional del Nordeste (Edición 1964), que establece las edades límite para el desempeño de funciones en el ámbito de la universidad mencionada.
Membresías en:
Sociedad Argentina de Botánica.
Sociedad Argentina de Lingüística.
Presidente Honorario de la Asociación Cultural y Artística Curuzucuatiense (A.C.Y.A.C.), Años 1985-1986.
Publicaciones académicas: Coautor del libro “Interferencia Guaraní en la Morfosintaxis y Léxico del Español Substandard de Resistencia”. Publicado por la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Nordeste.
Coautor del “Diccionario Enciclopédico Regional”, publicado por Creditorial Universitaria de Resistencia (Chaco).
Corredactor del “Nuevo Diccionario de Argentinismos”, elaborado en la Universidad de Ausburg (Alemania), en la que residió como Profesor invitado. Publicado con el auspicio del Instituto Caro y Cuervo de Santa Fe de Bogotá (Colombia)
Autor de “Toponimia Guaraní de Corrientes”. Con el auspicio del Instituto de Antropología “Juan B. Ambrosetti” de la Universidad de Concepción del Uruguay (Entre Ríos) (1994). Este libro fue presentado en la ciudad de Corrientes el 12 de octubre de 1994 en una ceremonia que fue debidamente comentada por el diario local “El Litoral”, dando cuenta de las alocuciones del autor, del señor Rector de la Universidad de Concepción del Uruguay Doctor (en Filosofía y Letras) Don Jorge Díaz Vélez y del Gobernador de la Provincia de Corrientes D. Raúl R. Romero Feris, que por intermedio de la Subsecretaría de Cultura contribuyó a que el volumen pudiera ser editado.
Resulta ilustrativo el concepto volcado en la crónica respectiva por la distinguida investigadora-ya fallecida - Arquitecta Marité Escobar Pazos de Salas, que expresa:”...pensamos que la “Toponimia Guaraní de Corrientes”, debe integrar la biblioteca básica de los correntinos, sean docentes, estudiantes, profesionales, simples ciudadanos y en especial los universitarios. El libro les permitirá viajar y conocer Corrientes en buena compañía, rescatando para nuestra cultura una fuente obligada de consulta, hecha con rigor, sabiduría y un sutil conocimiento del espacio y del tiempo...”
Cursos y conferencias sobre el tema guarani:
Universidad de San Pablo
Caracas
San Sebastián
Paris
Universidad del Ruhr
Münster
Cursos libres sobre idioma Guaraní en el ámbito de la Asociación Cultural y Artística Curuzucuatiense (A.C.Y.A.C.) – Curuzú Cuatiá.
Otros temas:
Asociación Cultural y Artística Curuzucuatiense (A.C.Y.A.C.), sobre antecedentes de la inmigración italiana en Curuzú Cuatiá.
Instituto de Administración de Empresas Agropecuarias – “Una visión sobre las relaciones de Argentina con Brasil”.
Integrante del grupo que en la ciudad de Corrientes, impulsó la creación de la “República de Corrientes”, una entidad que reunió a un abanico de personalidades de aquella ciudad que denominaron “Presidente de la República de Corrientes”, a su autoridad máxima. Los comentarios hablan de reuniones con alocuciones de interés general, sin injerencias políticas y destacando el clima de camaradería reinante entre sus miembros.
También, se coincide, que la ilustración que tenía el Profesor Irigoyen y su aptitud para exponer en público hicieron que fuera convocado por diversas colectividades de la ciudad de Corrientes para dictar conferencias en las sedes de tales entidades.
La relación con la prensa escrita:
El espíritu inquieto, no ajeno a su concepción humanista y universalista, del Profesor José Miguel Irigoyen no podía dejar escapar la magnífica oportunidad de incursionar por el periodismo escrito. Y, como lo recuerdan, esa pasión debe haber tenido un comienzo lógico. A pocos pasos del lugar donde su padre supo tener un hotel (luego sede del Colegio Nacional de Curuzú Cuatiá), se halla la sede del periódico “Cultura”. Éste se funda el 9 de julio de 1917, de manera que la reconstrucción no es difícil. La cercanía lo marca y (según se comprueba), al volver a su pueblo natal (Curuzú Cuatiá), desde Corrientes, ciudad en la que residía, en 1985 para hacerse cargo de la Dirección del Instituto de Administración de Empresas Agropecuarias, la visita a ese medio era obligada. No es comprobable pero alguien apuntó, poniendo la frase en boca del Profesor Irigoyen:”...quién aspiró el aroma de la tinta de imprenta, no la olvida jamás...”
Fue Director del diario “La Provincia” de la ciudad de Corrientes, donde Don Víctor Navajas Centeno (el fundador de tal medio), en razón de otras obligaciones no podía cumplir con plenitud tal tarea. Se destaca que el Secretario de Redacción de este diario era el fallecido Juan José Folguerá, un poeta exquisito que residió largos años en España compaginando una obra de excelencia. Folguerá, ya estando Irigoyen en Curuzú Cuatiá, ofreció una disertación en la Asociación Cultural y Artística Curuzucuatiense, que sirvió para demostrar la auténtica valía literaria de este dilecto colaborador del Profesor Irigoyen e incondicional amigo de aquel.
Se recuerda que, producida la venta de “La Provincia” al grupo empresario de los señores Romero Feris, cambia el nombre del mismo y lo llaman “El Litoral”, que se publica en la ciudad de Corrientes hasta la fecha.
Los años tempranos:
No resulta fácil la reconstrucción de hechos del pasado, aunque éste sea reciente. Pero la personalidad de nuestro recordado personaje merece el intento. Se cuenta que el padre de “Josecho” (tal era su sobrenombre familiar que lo acompañó toda la vida), era un vasco más católico que el Papa, de asistencia diaria a misa. Cerraba su negocio “La Pajarilla”, se iba a misa y luego a dormir.
Realizó su escuela primaria en la Escuela Nº 32 “Belgrano”, situada a apenas tres cuadras del negocio de su padre. Éste se hallaba a la entrada del pueblo (por la calle Rivadavia) y no existía, por entonces, la estación de ferrocarril del Estado. Aún hoy se puede ver la ochava de la esquina y la pared lateral del frontón de la que fue la primera cancha de pelota a paleta del pueblo, levantada por el padre de “Josecho”.
Luego, la administración de un Hotel (luego Colegio Nacional, en la calle Rivadavia). También en “La Pajarilla” un negocio situada al lado del Club Social. Allí, junto con Don Luis Atrio (luego dueño de este negocio de restaurante), “Josecho” eran lavacopas o lavaplatos.
Luego de sus estudios secundarios en Concepción del Uruguay, existe un traslado a la Facultad de Medicina en Rosario. No hay constancia del avance de estos estudios, sí, en cambio el Profesor Doctor (Médico) Don Armando Carmelo Romero (una figura consular de la docencia de la medicina universitaria en la ciudad de Corrientes) culminó esos estudios, fue compañero de esa iniciación (fallida para Josecho) en la universidad.
También existe un recuerdo del transcurrir de la vida de “Josecho”, en una estancia por el Paraje “Vaca Cuá”. Es probable que éste establecimiento fuera de algún tío Tellechea. Éste era el apellido materno de “Josecho”. Y es probable que allí tuviese éste su contacto con el idioma guaraní en bocas de los peones rurales.
No es aventurado pensar que era un lector empedernido, costumbre (lo aseguramos) que con edad más avanzada lo llevaba a ayudarse con una lupa para poder leer. Y esta línea nos lleva a establecer
que con mucha determinación y voluntad (sana herencia de su pura estirpe vasca, que él rescataba con mucho orgullo), se convirtió en un autodidacta de la lengua castellana. Fue un profundo conocedor de gramática, de gramáticas comparadas, de evolución histórica de hablas y reglas de dicción.
Estimamos que este mismo interés lo llevó a dominar el idioma guaraní, convertirse en un perfecto hablante del mismo y entrar en la compleja trama gramatical de este idioma precolombino. Debemos anotar que (es esencial para este retrato), “Josecho” era poseedor de dos facultades que él supo explotar sabiamente. Tenía muy buena memoria y una curiosidad voraz, por los temas más disímiles. Uno podía charlar sobre un programa interesante de radio o de televisión y “Josecho”, tenía noticias de esos acontecimientos. Siempre signados por temas que fueron relevantes.
Pero junto a este caudal de conocimientos del “self made man” (hombre hecho por sí mismo, de los anglosajones), “Josecho” tenía una virtud proveniente a nuestro entender, de haber sido-por sobre todo-un hombre de trabajo-de aceptar la observación realizada a un trabajo suyo. Hemos podido recoger una anécdota personal aportada por quién la protagonizó. “Josecho” muestra un trabajo de investigación a un amigo y éste (poseedor de una rara virtud: por naturaleza, un hombre de una ortografía perfecta), le manifiesta que una palabra inserta en el escrito tenía un error de ortografía.
La respuesta de “Josecho” no se hace esperar:”...¿estás seguro?...”, y el amigo le señala un diccionario de la biblioteca (allí se encontraban). Irigoyen, presto, toma el diccionario. Comprueba su error y le agradece, sinceramente, a su amigo su aporte a la perfección de su escrito.
Alguien, que tuvo la posibilidad de visitarlo un mes antes de su muerte, lo encontró en la biblioteca (su lugar de trabajo) sentado frente a la computadora, redactando algún trabajo. Animoso, algo decaído en su físico, pero alegre con la visita de su conocido. Determinación y voluntad, pura estirpe vasca.
¿Y la política?
Como todo joven (se afirma), Irigoyen también adhirió a esa ilusión del comunismo en el tiempo de su estadía en Rosario (Santa Fe). Es comprobable que pudo recorrer las chacras de “La Tandilera”, un predio rural de importancia.
¿Quienes habitaban esa zona? Croatas, eslovenos o serbios...y “Josecho” estaba allí como un “misionero” de Marx, difundiendo o afianzando las ideas marxistas.
Hay datos de una pena de prisión, pero no hay datos de la extensión y gravedad de la misma.
En las elecciones de 1946 (que consagraron al Gral. Juan D. Perón como presidente de la Nación), “Josecho” fue un candidato (no podemos precisar a que cargo) por el Partido Comunista que junto con la UCR., el Partido Socialista, el Partido Demócrata Progresista, integraron la Unión Democrática que compitió con la fórmula que consagró a Perón.
Luego se alejó del Partido de su primera elección. No actuó, entonces, en política. Para ese entonces, Irigoyen había conquistado un bien merecido prestigio en las actividades culturales. Su concepción se enlaza con la evolución y con la revolución. Para la época de la elección del Dr. Arturo Frondizi como presidente de la Nación (1958), Irigoyen se afilia al Partido Demócrata Progresista. Por este partido es electo a una banca de Concejal en la ciudad de Corrientes. Cumplido su mandato, desaparece de la arena política.
Bosquejo para un retrato
De físico menudo, bien proporcionado, de bien plantada cabeza, y con un paso rápido (que muchos jóvenes envidiaban), manifestó una vez que:”...él pagaría por tener una tiza en la mano...”, en una clara alusión a su deseo de transmisión de conocimientos.
Algún testigo, relató, con toda veracidad que en ocasión de una charla en el ambiente universitario y frente a un inconveniente práctico de no tener un planisferio a mano, Irigoyen tomó la tiza y con toda precisión (y de memoria), dibujó el planisferio que necesitaba para su charla. Y el planisferio era...perfecto.
Este bosquejo no sería completo si no se señalara un aspecto de la personalidad de Irigoyen Y era un permanente optimismo, y una sana alegría de vivir. En cualquier momento y por más alambicada que fuera el tema de la conversación, Irigoyen aflojaba la tensión mediante la inserción de una ocurrencia de buen cuño, que era celebrada y que de, alguna manera, renovaba las fuerzas para seguir en el tema que reunía a los asistentes.
Pero también, de manera imperceptible, deslizaba algún pensamiento contundente encerrada en una pequeña frase. Un antiguo colaborador suyo en el ámbito de la vida universitaria de Curuzú Cuatiá, nos comentó que en algún momento, frente a alguna pretensión (algo desmedida) del estudiantado universitario, Irigoyen manifestó:”... a mí no me va a ganar el muchachismo...”, en clara alusión a que las pretensiones desmedidas no tenían cabida en el mundo ordenado y lógico de Irigoyen. Éste creía, ya se expresó antes, que creía en la evolución y no en la revolución.
Toda la gente era importante para Irigoyen. Y era recibido de buen talante en todos los niveles del Rectorado. Desde el Despacho del señor Rector, hasta una diligencia con el Encargado del sector de Legajos del Personal (con quién mantenía encendidos y chispeantes diálogos en guaraní) y eso se logra con una personalidad franca y directa.
Irigoyen llevó adelante la Dirección del Instituto de Administración de Empresas Agropecuarias con buen pulso y así se lo recordó cuando esta unidad académica cumplió sus Bodas de Plata en este año 2010.
Cuando el Instituto realizó la Primera Promoción de los Técnicos en Administración de Empresas Agropecuarias, los señores Decanos de las Facultades donde Irigoyen había obtenido sus graduaciones de estudios superiores estuvieron al lado de su ex alumno.
Cuando Irigoyen fallece, viejos alumnos de “La Fraternidad” (el Colegio de Concepción del Uruguay), cantaron junto al atáud el “Chécale , chécale...”, una especie de canto ritual de esa institución educacional que a viva voz resonaron por toda la paz del cementerio que aguarda tenerlo a “Josecho” por siempre.
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