Prof. Pedro Escurra. La perseguida lengua guaraní, siempre victoriosa, frente a los embates de la mediocridad, que quiere acabar con nuestra cultura guaraní paraguaya, desde hace siglos. Desde la guerra grande aparecieron algunas figuras literarias que tuvieron el valor de introducir en sus obras nuestra lengua nativa. Prensa escrita como kavichu’i y Lambare entre otras publicaciones.
Con la aparición de la velada, en improvisados escenarios por los patios y corredores de la gente humilde, para luego trasladarse a las escuelas y parroquias, recorriendo los pueblos y las ciudades.
La lengua guaraní sube al escenario con los diálogos de los personajes folclóricos y con las polcas paraguayas. Luego aparece en pequeñas obras teatrales, siempre nuestra lengua nativa con algunas palabras de la lengua española.
La velada aparece en la época colonial cuando se imitaba el espectáculo de los europeos en los grandes salones de Asunción. Origen del teatro popular paraguayo.
El teatro dramático paraguayo, aparece con la formación de actores y actrices profesionales en la Escuela Municipal de Arte Escénico, dirigido por el maestro Roque Centurión Miranda, al comienzo de la década del cincuenta.
El teatro logra un nivel superior en el país. Aparecen las obras clásicas sobre nuestras tablas. Egresados de esa institución, Pedro Moliniers y Modesto Romero Cueto, luego docentes de lengua guaraní, tuvieron el valor y el coraje de traducir grandes obras en nuestra lengua nativa.
Todas las obras traducidas al guaraní lograron esa fluidez y esa calidad expresiva para su perfecta comprensión. Así también lograron la excelencia en la traducción al guaraní de las obras paraguayas escrita en castellano y otras en el jehe’ajopara.
La experiencia teatral en lengua guaraní de Pedro Moliniers y Modesto Romero Cueto fue coronada por el éxito y logró los aplausos necesarios para rubricar una vez más que la lengua guaraní es igual a las otras lenguas de las grandes naciones.
Es menester que las mujeres y los hombres talentosos estén involucrados con la lengua guaraní para construir una gran nación. Sin talentos, sin ciencias, sin artes, sin pensadores, tendremos un porvenir oscuro.
Podemos apuntar como una gran hazaña el trabajo realizado por la dupla Pedro Moliniers y Modesto Romero Cueto. Dos grandes pioneros que abrieron el sendero del progreso a la lengua guaraní en el teatro.
Fue como un milagro en medio de tantas resistencias y desprecio a la dulce lengua nativa.
Hoy, el maestro Modesto Romero Cueto, nos presenta una recopilación de esa tesonera labor en un libro monumental. Es un reto para las nuevas generaciones. El Teatro Guaraní necesita de nuevas vidas. De que se puede se puede, pero hay que trabajar como un héroe. La nación necesita, en todos los niveles de los trabajos.
Hoy, esta noche, contamos con el testimonio del maestro Modesto Romero Cueto. Ya no se puede desconocer esta hazaña artística.
Con la aparición de la velada, en improvisados escenarios por los patios y corredores de la gente humilde, para luego trasladarse a las escuelas y parroquias, recorriendo los pueblos y las ciudades.
La lengua guaraní sube al escenario con los diálogos de los personajes folclóricos y con las polcas paraguayas. Luego aparece en pequeñas obras teatrales, siempre nuestra lengua nativa con algunas palabras de la lengua española.
La velada aparece en la época colonial cuando se imitaba el espectáculo de los europeos en los grandes salones de Asunción. Origen del teatro popular paraguayo.
El teatro dramático paraguayo, aparece con la formación de actores y actrices profesionales en la Escuela Municipal de Arte Escénico, dirigido por el maestro Roque Centurión Miranda, al comienzo de la década del cincuenta.
El teatro logra un nivel superior en el país. Aparecen las obras clásicas sobre nuestras tablas. Egresados de esa institución, Pedro Moliniers y Modesto Romero Cueto, luego docentes de lengua guaraní, tuvieron el valor y el coraje de traducir grandes obras en nuestra lengua nativa.
Todas las obras traducidas al guaraní lograron esa fluidez y esa calidad expresiva para su perfecta comprensión. Así también lograron la excelencia en la traducción al guaraní de las obras paraguayas escrita en castellano y otras en el jehe’ajopara.
La experiencia teatral en lengua guaraní de Pedro Moliniers y Modesto Romero Cueto fue coronada por el éxito y logró los aplausos necesarios para rubricar una vez más que la lengua guaraní es igual a las otras lenguas de las grandes naciones.
Es menester que las mujeres y los hombres talentosos estén involucrados con la lengua guaraní para construir una gran nación. Sin talentos, sin ciencias, sin artes, sin pensadores, tendremos un porvenir oscuro.
Podemos apuntar como una gran hazaña el trabajo realizado por la dupla Pedro Moliniers y Modesto Romero Cueto. Dos grandes pioneros que abrieron el sendero del progreso a la lengua guaraní en el teatro.
Fue como un milagro en medio de tantas resistencias y desprecio a la dulce lengua nativa.
Hoy, el maestro Modesto Romero Cueto, nos presenta una recopilación de esa tesonera labor en un libro monumental. Es un reto para las nuevas generaciones. El Teatro Guaraní necesita de nuevas vidas. De que se puede se puede, pero hay que trabajar como un héroe. La nación necesita, en todos los niveles de los trabajos.
Hoy, esta noche, contamos con el testimonio del maestro Modesto Romero Cueto. Ya no se puede desconocer esta hazaña artística.
Muchas Gracias.
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