domingo, 13 de octubre de 2013

“Los guaraníes se están suicidando porque no tenemos tierras”

“Los guaraníes se están suicidando porque no tenemos tierras”

La líder guaraní Damiana, de la comunidad Apy Ka’y, de Matto Grosso-Brasil, quien sorprendió al mundo encabezando una reocupación de su territorio usurpado por cañicultores. Su marido y sus hijos murieron en accidentes de carretera, donde habitaron por 10 años despojados de su tekoha. La pérdida de territorio es una de las principales causas de suicidio. Foto: © Paul Patrick Borhaug / www.paulpatrick.net
Aviso: contiene imágenes que pueden herir su sensibilidad.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebró el pasado 10 de octubre,  International ha dado a conocer nuevas e impactantes cifras sobre la epidemia de suicidios que azota a los en Brasil. Este pueblo indígena registra tasas de suicidio al menos 34 veces superiores a la media nacional debido a la pérdida de sus tierras ancestrales y a los constantes ataques por parte de pistoleros.
Los datos revelan que desde el año 2000 cada semana se ha suicidado de media, al menos, un indígena guaraní. De acuerdo con el ministerio de Salud de Brasil, en 2012 se suicidaron 56 guaraníes (las cifras reales posiblemente sean mayores debido al subregistro de casos). La mayoría de las víctimas tenían entre 15 y 29 años de edad, pero la víctima más joven de la que se tiene constancia tenía solo nueve años.
Rosalino Ortiz, un hombre guaraní, dijo: “Los guaraníes se están suicidando porque no tenemos tierras. Ya no tenemos espacio. Antes éramos libres; ahora ya no somos libres. Por eso nuestros jóvenes miran a su alrededor y piensan que no queda nada y se preguntan cómo pueden vivir. Se sientan y piensan, olvidan, se pierden y al final se suicidan”.
Los guaraníes han perdido la mayoría de su tierra ancestral, con la que mantienen una profunda conexión espiritual, por la invasión de ganaderos y plantaciones de soja o caña de azúcar. Los indígenas se ven forzados a vivir en condiciones deplorables, en los bordes de las carreteras o hacinados en reservas. Se enfrentan a la desnutrición, a una salud débil y al alcoholismo.
Las comunidades que intentan regresar a sus tierras afrontan niveles extremos de violencia a manos de los pistoleros que los ganaderos contratan para atacar y, a menudo, asesinar a los guaraníes.
La demarcación del territorio guaraní debió haber finalizado hace muchos años pero el proceso se ha estancado y los políticos brasileños debaten en la actualidad una enmienda constitucional que daría poder en el proceso de delimitación al Congreso, actualmente bajo el influjo de grupos de presión rurales anti-indígenas. Esto sería desastroso para los guaraníes y su campaña territorial.
La mayoría de las víctimas tienen entre 15 y 29 años de edad. La víctima de suicidio más joven tenía 9 años. Foto: © João Ripper/Survival
Survival International está pidiendo al Gobierno brasileño que demarque el territorio guaraní con la urgencia requerida y exhorta a compañías como la estadounidense Bunge, a dejar de adquirir caña de azúcar cultivada en tierra guaraní.
El director de Survival dijo esta semana: “Este es un claro y descorazonador recordatorio de la devastación y la miseria que el robo de tierras genera entre los pueblos indígenas. Lamentablemente los guaraníes no son el único caso. Los pueblos indígenas de todo el mundo a menudo registran tasas de suicidio mucho más altas que la sociedad mayoritaria. El llamado ‘progreso’ destruye frecuentemente a los pueblos indígenas, pero en este caso la solución está clara: demarcar el territorio guaraní antes de que más vidas inocentes se pierdan”.
En Paraguay
Si bien no existen estadísticas en Paraguay, ya desde la década del 80 el antropólogo Bartomeu Melià denunciaba la ola de suicidios guaraníes vinculadas a la pérdida de su tekohá (su tierra ancestral) y el tekó porã (buen vivir), ambos estrictamente relacionados, especialmente entre jóvenes, quienes mueren ahorcados o envenenados.
El buen vivir es un modo de vida que los Guaraníes llaman tekó, esto es, «modo de ser y estar, es sistema, es costumbre, hábito», cuyo significado fue dado ya en el primer diccionario, el Tesoro de la lengua guaraní, de 1639, por el jesuita Antonio Ruiz de Montoya; significa incluso lo que llamamos hoy cultura.
“En la cosmovisión guaraní, la tierra habitada por los humanos es concebida como tekohá, lugar de vida y convivencia con todos los seres que en ella hay. Ñandé rekohá es el lugar donde somos lo que somos, el lugar de nuestro modo de ser y de nuestra cultura. La palabra tekohá contiene una visión holística, es decir, significa y produce al mismo tiempo relaciones económicas, sociales, políticas, ecológicas y religiosas, de tal manera que «sin tekohá no hay tekó » (sin lugar del ser no hay modo de ser). El guaraní necesita la tierra con toda su vida dentro, para poder vivir su cultura y para ser guaraní”, expresa Melià.

“Hasta donde pueden recordar, los guaraníes han estado buscando el lugar que les revelaron sus ancestros, donde las personas viven libres de dolor y sufrimiento: un lugar al que llaman la tierra sin mal.  Pero no la encontraron allí, en ese terruño rojo que es tierra de nadie, donde las moscas revolotean en los sofocantes refugios y el agua contaminada se recoge en las botellas de plástico que arrojan los vehículos que circulan a toda velocidad por la carretera colindante. Foto: © Survival International

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